Este martes, día 8 de diciembre, después de la santa misa en la Plaza de San Pedro del Vaticano el Papa ha abierto la Puerta Santa de la Basílica dando inicio al Año Jubilar de la Misericordia que se prolongará el 20 de noviembre de 2016. El Papa emérito Benedicto XVI ha sido el segundo en cruzar la Puerta Santa.
«Entrar por la puerta» -ha subrayado el Francisco en su homilía-, «significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de todos.»
El Francisco ha dicho que este Año nos debe hacer crecer en la convicción de la misericordia. «Que el hecho de cruzar la Puerta Santa nos haga sentir participes de este misterio de amor. Abandonamos toda fuerte de miedo y temor, porque no es propio de quien es amado; vivamos la alegría del encuentro con la gracia que lo transforma todo. »
También se acordó de la clausura del Concilio Vaticano II hace apenas cincuenta años. «Hoy, aquí en Roma, cruzando la Puerta Santa, queremos recordar también otra puerta que los Padres del Concilio Vaticano II abrieron al mundo. (…) El Concilio fue un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo. (…) El Jubileo nos estimula a esta apertura y nos obliga a no descuidar el espíritu surgido en el Vaticano II, el del Samaritano, como recordó el beato Pablo VI en la clausura del Concilio. Que al cruzar hoy la Puerta Santa nos comprometemos a hacer nuestra la misericordia del Buen Samaritano.